viernes, 20 de mayo de 2011

La moda me incomoda.

La lucha, en el contexto social, político y económico en el que nos encontramos envueltos, es sólo un anecdótico término que ha pasado a mejor vida. El verbo «luchar» ha dejado de ser conjugable. Luchar ya no está de moda y el que lucha es un “loco”, incluso podemos encontrarlo tomando un café con aquél que aún sale a la calle con hombreas y tupé.

«¿Qué puedo hacer yo si sólo soy una hormiga en este mundo de leones?». Pensar de esta manera no es más que legitimar la existencia de desigualdades. No es más que seguir alimentando este juego en el que la estratificación social ahoga a unos y dota del más exquisito caviar a otros. El lugar que ocupa cada ser humano en la sociedad no ha sido el resultado de ponderar las cualidades o capacidades de las personas. El lugar que ocupa cada ser humano en la sociedad es el resultado del lugar que ocupan otros, y mientras unos estén arriba habrá, por necesidad, otros que estén abajo.

No se deben buscar excusas para no pensar, para no concienciarse. Esto es un problema de todos que tenemos que solucionar entre todos. No es tan difícil imaginarse una convivencia en la que el acceso a las oportunidades sea igualitario. La igualdad no va a venir a nosotros, somos nosotros quienes tenemos que ir en busca de ella. La clave está en dejar que la moda te incomode.


A continuación dejo dos enlaces; el primero pertenece al artículo de Emilio Ontiveros, del 1 de mayo de 2011, publicado en la versión digital del periódico El País, y el segundo pertenece al apartado Dominio Público de la versión digital del periódico El Público, firmado por Joan Benach y Carles Muntaner (14 de mayo de 2011).

http://www.elpais.com/articulo/primer/plano/desigualdad/rentable/elpepueconeg/20110501elpneglse_4/Tes

«Los economistas Thomas Piketty y Emmanuel Sáez han demostrado, en el caso de EE UU, que el valor de los indicadores de distribución de la renta es ahora equivalente a los existentes en 1928, en el umbral de esa otra crisis, parangonable a la actual, la que desencadenó la Gran Depresión.»

«[...] la excesiva desigualdad en la distribución de la renta no favorece la sostenibilidad del crecimiento económico; no es rentable para el conjunto de la sociedad.»

http://blogs.publico.es/dominiopublico/2014/salud-y-justicia-social/



«[...] las administraciones públicas no sólo deben desarrollar políticas sociales, sino también evaluar sus efectos. Para ello, es clave disponer de sistemas de vigilancia de los determinantes sociales y la equidad en la salud que permitan conocer la evolución del desempleo en los grupos sociales (por clase social, género, situación migratoria, etc.), y evaluar el impacto de las políticas de empleo sobre la desigualdad. Desgraciadamente, esos sistemas de vigilancia son aún muy incipientes y apenas si se analiza la equidad en salud y los determinantes sociales relacionados con ella.»

Por último, me gustaría dejaros el enlace a la página oficial del Movimiento 15m y el seguimiento de éste que hace la versión digital del periódico El País, un tema que está estrechamente relacionado con el problema de las desigualdades sociales y la estratificación social.

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